La Habana, Cuba. Las redes inalámbricas para la conexión de dispositivos como Wi-Fi, están siendo usada cada vez más entre los habaneros que cuentan con un ordenador. En el municipio Arroyo Naranjo se extiende una red con tipo de seguridad WEP y tipo de radio 802.11g que alcanzan varios kilómetros utilizando repetidores de radio.
La mayoría de las personas que en Cuba poseen una computadora ha sido evadiendo las ventas del estado. Poco a poco y pieza por pieza van armando el ordenador, lo mismo sucede con los programas para hacer que las piezas cobren vida. Ya sea que algún amigo regale un programa o los que cobran 5 CUC por instalar el sistema operativo. Hoy el cubano computarizado ha encontrado una manera de tener su propia red. Se pueden ver las antenas metidas en ....
pomos de plástico ( frascos) o usando un plato de cocina o una lata como receptor. Cada día aumentan estos aparatos que al parecer el régimen comienza a tolerar o se hace de la vista gorda. Hasta los militantes del Partido Comunista y simpatizantes del régimen han levantado sus antenas buscando la señal inalámbrica Wi-Fi. “Los que tienen una Laptop no pasan tanto trabajo para conectarse pues la mayoría traen su propia antena, solo tienen que estar cerca de un repetidor”, dice Lázaro, un joven que la prefiere para jugar con otros usuarios de la red WIND.
Los usuarios utilizan la red para el intercambio de archivos de audio y videos como música y películas, pero el mayor uso que hasta el momento le dan es para juegos entre varios ordenadores a distancia. El cubano se las ha ingeniado para descartar la programación de la Televisión Cubana, cada día menos aceptada por la población. Como una alternativa para el entretenimiento y la información los cubanos consiguen piratear la señal de televisión satelital DirecTV, que llega de casa en casa mediante telarañas de cable coaxial y repetidores. Estas redes clandestinas brindan señal de excelente calidad y variada programación, los dueños cobran 5 CUC al mes a quienes deseen conectarse al cable.
También están las cuentas clandestinas de Internet que venden los estudiantes extranjeros que cursan estudios en el país y a los cuales el estado sí les permite acceder a una cuenta legalmente. Estos estudiantes principalmente chinos y latinoamericanos cobran 50 CUC mensuales por compartir su cuenta de Internet con un cubano. El estado castiga a los que se atrevan a violar el cerco radioeléctrico con multas de 30 000 pesos o con la cárcel. El cubano conoce los riesgos y día a día evade estas limitaciones, lo mismo con un radio de onda corta, un reproductor DVD o ensamblando una computadora con una lata en la azotea para intentar conectarse con alguna señal.
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