"Mi gobierno está listo para establecer lazos con el gobierno cubano en un número de áreas de interés mutuo'', contestó Obama. "También me propongo facilitar un mayor contacto con el pueblo cubano, especialmente entre las familias que están divididas"."Queremos establecer vínculos también con los... cubanos que están fuera del ámbito gubernamental, como lo hacemos en todo el mundo. Está claro que la palabra del gobierno no es la única que cuenta en Cuba. Aprovechamos toda oportunidad para interactuar con toda la sociedad cubana''.
Obama también reafirmó su deseo de "aplicar la diplomacia directa y sin condiciones, sea con amigos o enemigos. Sin embargo, no me interesa hablar por hablar. En el caso de Cuba, el uso de la diplomacia debería resultar en mayores oportunidades para promover nuestros intereses y las libertades del pueblo cubano''.
Al preguntarle si visitaría Cuba, Obama escribió que no descartaría esa posibilidad, pero "solamente después de preparativos minuciosos y como parte de una estrategia clara. Anticipo el día que pueda visitar una Cuba donde toda su gente pueda gozar de los mismos derechos y oportunidades de que goza el resto del continente''.
En respuesta a la pregunta de si el gobierno de Estados Unidos ha renunciado al uso de la fuerza militar contra Cuba, Obama contestó que "no tiene intención de usar la fuerza militar''. Sánchez también le preguntó a Castro si creía que había una "posibilidad real'' de un ataque militar estadounidense, un codazo solapado a la alegación de La Habana de que la mayoría de los disidentes son mercenarios pagados por funcionarios de Estados Unidos que trabajan con fin de derrocar al gobierno cubano.
En su cuestionario a Raúl, Sánchez le preguntó si su hermano Fidel había estado de acuerdo con sus repetidas ofertas de iniciar un diálogo con el gobierno estadounidense, una referencia a la percepción de que Fidel, que entregó el poder a Raúl oficialmente el año pasado, se opone de plano.
Sánchez también le preguntó si una mejora en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos tendría alguna "influencia negativa sobre la estructura ideológica de la revolución cubana'' y si permitiría que exiliados cubanos, partidos políticos de la oposición en la isla y representantes de la sociedad civil participaran en una negociación entre Washington y La Habana.
Las preguntas de Sánchez a Obama y Castro son las más recientes de varias actividades audaces que la han destacado y que han provocado temores de que el gobierno cubano tome represalias en su contra.
Después de que le negaron la autorización para viajar a Nueva York el mes pasado para recibir el premio, Sánchez hizo que alguien grabara en video sus fuertes quejas a un funcionario cubano de Inmigración y entonces publicó el video en internet. Una semana después se coló en un seminario sobre internet que se realizaba en un edificio gubernamental y preguntó por qué el gobierno bloqueaba el acceso libre a la red. Una vez más, publicó el video de sus quejas.
"Esto es un activismo postmoderno, con diseño y bien pensado, [y] si seguía en esa línea, pues claro que debíamos temer por lo que le pudiera ocurrir'', dijo Emilio Ichikawa, escritor cubano que vive en Miami.
De hecho, el 6 de noviembre Sánchez alega que ella y otro bloguero fueron agredidos a golpes y metidos a la fuerza en un carro por presuntos agentes de la Seguridad del Estado mientras caminaban para unirse a una protesa pacífica en el centro de La Habana.
Sánchez declaró el jueves a El Nuevo Herald que no podía pronosticar la reacción del gobierno a su contacto con Obama, pero dijo que estaba orgullosa del "sentido periodístico de todo esto, ¡una entrevista!''.
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